sábado, 17 de abril de 2010

Concurso de redacción en Cáceres

Y el viernes por la tarde en la Facultad de Filosofía y Letras de Cáceres nos dispusimos a realizar nuestro relato corto en la 50ª edición del Concurso de Coca-Cola.
Junto a otros 150 alumnos de centros de la provincia pasamos unas horas de creación literaria. Lo de menos es el premio, lo mejor,el contacto con otras personas del mismo curso que nosotros. Fue una jornada muy entrañable. Enhorabuena a todos. Ah se me olvidaba, suerte a los 4 representantes de nuestro Cole que podéis ver en la imagen.

jueves, 8 de abril de 2010

Baile del Renacimiento

Las danzas renacentistas pertenecen al grupo de las danzas antiguas o históricas.
Aunque sabemos que los europeos bailaban desde mucho antes del Renacimiento, los primeros manuales e instrucciones detalladas que se han conservado hasta hoy fueron escritos en Italia entre 1450 y 1455. Estos documentos y otros provenientes de Francia, Inglaterra y otros países europeos, permiten conocer algo sobre esta actividad social, tan importante en el Renacimiento. Se esperaba que una persona educada tuviera conocimientos básicos de danza, que era a menudo enseñada por maestros profesionales.
Las danzas que conocemos son de naturaleza muy variada. Hay danzas lentas y elegantes (bajas danzas, pavanas, almains) y también rápidas y animadas (gallardas, corantos, canarios). Algunas tenían coreografías fijas, mientras que otras se improvisaban según el gusto y habilidad de los participantes. Muchas danzas eran para parejas pero otras para grupos o diferentes combinaciones de hombres y mujeres. Existían también danzas que se movían en círculo, que conocemos por los branles.

http://www.youtube.com/watch?v=-OLzm-IaDv0&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=Q3iC9pitIz8&feature=related

miércoles, 7 de abril de 2010

Miguel Hernández


En Orihuela, un pequeño pueblo del Levante español, rodeada del oasis exuberante de la huerta del Segura, nació Miguel Hernández el 30 de octubre de 1910. Hijo de un contratante de ganado, su niñez y adolescencia transcurren por la aireada y luminosa sierra oriolana tras un pequeño hato de cabras. En medio de la naturaleza contempla maravillado sus misterios: la luna y las estrellas, la lluvia, las propiedades de diversas hierbas, los ritos de la fecundación de los animales. Por las tardes ordeña las cabras y se dedica a repartir la leche por el vecindario. Sólo el breve paréntesis de unos años interrumpe esta vidad para asistir a la Escuela del Ave María, anexa al Colegio de Santo Domingo, donde estudia gramática, aritmética, geografía y religión, descollando por su extraordinario talento. En 1925, a los quince años de edad, tiene que abandonar el colegio para volver a conducir cabras por las cercanías de Orihuela. Pero sabe embellecer esta vida monótona con la lectura de numerosos libros de Gabriel y Galán, Miró, Zorrilla, Rubén Dario, que caen en sus manos y depositan en su espíritu ávido el germen de la poesía. A veces se pone escribir sencillos versos a la sombra de un árbol realizando sus primeros experimentos poéticos. Al atardecer merodea por el vecindario conociendo a Ramón y Gabriel Sijé y a los hermanos Fenoll, cuya panadería se convierte en tertulia del pequeño grupo de aficionados a las letras. Ramón Sijé, joven estudiante de derecho en la universidad de Murcia, le orienta en sus lectura, le guía hacia los clásicos y la poesía religiosa, le corrige y le alienta a proseguir su actividad creadora. El mundo de sus lecturas se amplía. El joven pastor va llevando a cabo un maravilloso esfuerzo de autoeducación con libros que consigue en la biblioteca del Círculo de Bellas Artes. Don Luis Almarcha, canónigo entonces de la catedral, le orienta en sus lecturas y le presta también libros. Poco a poco irá leyendo a los grandes autores del Siglo de Oro: Cervantes, Lope, Calderón, Góngora y Garcilaso, junto con algunos autores modernos como Juan Ramón y Antonio Machado. En el horno de Efén Fenoll, que está muy cerca de su casa, pasa largas horas en agradable tertulia discutiendo de poesía, recitando versos y recibiendo preciosas sugerencias del culto Ramón Sijé que acude allí a visitar a su novia Josefina Fenoll. Desde 1930 Miguel Hernández comienza a publicar poemas en el semanario El Pueblo de Orihuela y el diario El Día de Alicante. Su nombre comienza a sonar en revistas y diarios levantino.