Me cuesta tanto creer que tras una semana, aún no se hayan visto las ayudas que desde todo el mundo están enviando los países a Haití. Leo y quedo perplejo en la prensa que los bancos en España cobran comisión por hacer un ingreso en las cuentas de las ONGs y me pregunto: ¿Le importa a álguien tan feroz como el sistema capitalista el sufrimiento del país más pobre de América?¿Quién se va a enriquecer a costa del dolor de los haitianos?
No puedo, ni quiero perder la esperanza. Me consuelan las noticias de hallazgos y salvamentos de niños y adultos atrapados en los escombros tras una semana de cautiverio. Mi más sincera solidaridad y apoyo con tantas personas como están allí haciendo una labor callada y eficaz: médicos, bomberos, religiosas, voluntarios de Cruz Roja, Ongs de toda índole. Ánimo y una oración por los fallecidos de Haití en esta tragedia sin freno, que hoy ha vuelto a ver como temblaba la tierra de nuevo.
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