lunes, 2 de marzo de 2015

La batalla de ALARCOS 2ºESO

Alarcos en su etapa ibérica, ha sido identificada por numerosos autores como la antigua ciudad de Lacuris, Lacuri o Larcuris.
El 19 de julio de 1195 es escenario de la famosa batalla que lleva su nombre y que supuso la derrota del Ejército cristiano frente a las tropas almohades de al-Mansur. Años más tarde, en 1212, y gracias a la victoria de las Navas de Tolosa, se da paso a la definitiva conquista y repoblación de La Mancha.
Cronología
Al tiempo que se extendían por las tierras Norteafricanas, los Almohades volvieron sus ojos al territorio de Al-Andalus, aprovecharon su fragmentado y anárquico sistema político, los llamados Reinos Taifas. El control de Al-Andalus se inició en 1147 con la toma de Sevilla. Muy pronto la ciudad de Sevilla se convirtió en la capital andalusí del Imperio. Consolidada la unificación se intensificó la ofensiva contra los cristianos. En 1195, el Califa Yusuf II venció a los castellanos dirigidos por Alfonso VII, en la Batalla de Alarcos. En los años siguientes, los Almohades dirigieron campañas devastadoras contra las fronteras de León y de Castilla.
Antecedentes
La reconquista castellana había alcanzado la línea de Alarcos y Congosto, que eran ya lugares considerado límite del reino de Castilla. Además el rey Alfonso VIII de Castilla había lanzado dos incursiones simultáneas contra  Al-Andalus, alcanzando la región de Sevilla, lo que decidió al Emir Almohade Al-Mansur a marchar a Al-Andalus para contener el empuje cristiano y mantener el prestigio militar del Imperio Almohade.
El Ejército expedicionario Almohade, al mando de Al-Mansur, cruzó el Estrecho desde Alcazarseguer a Algeciras, y siguió el itinerario: Sevilla-Córdoba, donde descansó tres días: Puerto de Muradal, Castillo de Salvarierra y acampó en El Congosto, después acampó a dos jornadas de Alarcos donde reunió a todo su ejército. Alfonso VIII decidió afrontar los riesgos de una batalla campal, antes de permitir que la fuerza expedicionaria invadiera y desbastara su territorio. Acampó con su ejército en Alarcos.
Campo de batalla
Los dos Ejércitos acamparon uno frente al otro. Los cristianos tomaron como base de operaciones el Castillo de Alarcos, y montaron su campamento cristiano a una colina, delante del Castillo. Frente a ellos, el campamento de Al-Mansur, que dominaba por la vista a los cristianos y a su campamento. En el centro el lugar conocido como Campo Nuevo o Llano de Hierro, que es donde se dio la batalla.
Fuerzas enfrentadas
Es imposible determinar la entidad de las fuerzas enfrentadas, pero sí es seguro que el ejército almohade era inmensamente superior al castellano.
El ejército castellano estaba formado solamente por fuerzas castellanas, porque Alfonso VIII, confiado en que conseguiría la victoria una vez más, no quiso esperar al contingente leonés, que venía en su ayuda y que ya estaba para presentar batalla en Talavera, ni a las huestes de los Condes de Lara. Desechó a causa de su confianza, avituallar el Castillo de Aledo, para poder defenderlo en caso de ser vencido.
El ejército almohade era de carácter almohade era de carácter multinacional compuesto por contingentes de las tribus almohades, masmudas, zanata y árabes, de andalusíes, mercenarios turcos, y voluntarios de diverso origen musulmanes.
Orden de batalla
Orden de Batalla Castellano: En Primer Escalón la caballería acorazada con yelmos y mallas, se extendía por el llano a vanguardia de la colina y en Segundo Escalón, al mando del Rey, los peones y alguna caballería sobre la colina donde se asentaba el campamento. 
Orden de Batalla Almohade: Vanguardia con caballería árabe, arqueros, mercenarios turcos y voluntarios de la fe. El centro al mando del visir almohade Alí Yahya, formado principalmente por contingentes de cábilas beréberes. 
El Emir, con su característica tienda roja, se quedó en la zaga con su guardia negra personal y con la reserva, formada por sus mejores soldados.
Alfonso VIII ordenó salir armados y provocar la campaña. Pero, el Sultán almohade decidió rehusar el combate y dar descanso a sus tropas. El Ejército castellano estuvo desplegado desde el amanecer hasta el mediodía, que volvieron a su campamento pensando que los musulmanes no se atrevían a luchar, fatigados por el peso de las armas y la sed, de un caluroso 17 de Julio.
Los almohades se prepararon para la batalla alrededor de media noche y muy de mañana aparecieron súbitamente en el mismo campo que el Rey castellano había ocupado el día anterior, a tan sólo dos tiros de arco o menos. Era el 18 de julio de 1195.
La Batalla
Alfonso VIII estimó que su caballería acorazada rompería las formaciones enemigas en toda su profundidad. Inició el ataque, una hora después del amanecer, contra el centro enemigo por oleadas sucesivas, en formaciones cerradas y en perfecto orden, desde arriba abajo.
Pusieron en fuga a los contingentes de voluntarios de la fe, gentes poco aguerridas, pero sufrieron los terribles efectos de la táctica del torna-fuye de la caballería árabe, que maniobró con facilidad sobre la llanura manchega, causando desorden y grandes pérdidas; agravadas por la superioridad de arquerosy de la innumerable cantidad de flechas lanzadas que frenaron sus acometidas.
Seguramente el nombre Llano de Hierro, dado por los cronistas árabes, del campo de batalla sea por este motivo.
La caballería castellana cargó por tres veces, y a pesar de que llegó hasta las banderas del centro almohade, logrando apoderarse de algunos estandartes y matando a su jefe Alí Yahya, no consiguió romper las filas almohades. En ese momento, volvieron la espalda y huyeron a la colina donde se encontraba el Rey para defenderse en ella. Al-Mansur, por su parte, emprendió un movimiento envolvente por el ala derecha, interponiéndose entre los fugitivos y la colina. El Rey castellano viendo a los suyos caer en la batalla y dándose cuenta que no podría sostener su posición, se retiró del campo.
La persecución fue corta porque los cristianos se acogieron al Castillo de Alarcos, y porque los musulmanes rodearon el mismo, pensando que el Rey Alfonso se había fortificado en él, impidiéndole explotar con mayor profundidad el éxito. Pero, Alfonso VIII había entrado por una puerta y salido por otra, continuando su retirada hasta Toledo.
Los almohades tomaron Alarcos, Guadalferza, Malagón, Benavente, Calatrava y Caracuel. Hicieron también gran cantidad de prisioneros y botín de mujeres, niños, armas, acémilas, provisiones y pertrechos.
Parte de los cautivos cristianos trabajaron en la construcción de la gran mezquita de Salé, y liberó a los que habían capitulado en el castillo de Alarcos, aunque posteriormente el sultán al-Mansur se arrepintió por haber dado libertad a los prisioneros de Alarcos, que no dejarán de procurar vengarse.
Conclusiones
Alfonso VIII cometió dos errores importantes, despreciar el valor combativo del más numeroso ejército enemigo, y no esperar los refuerzos que venían de camino y acometer contra el punto más fuerte del enemigo desgastándose sin conseguir romperlo.
La superioridad del empleo masivo y eficaz del arco sobre las formaciones cerradas de la caballería pesada, quedó patente en esta batalla.
La frontera castellana retrocedió hasta la ribera del Tajo, y en los dos años siguientes los almohades realizaron profundas operaciones de castigo por tierras castellanas, sin que los castellanos osaran cerrarle el paso. La Reconquista se retrasó 17 años.
Os dejo un enlace para que tengáis una mejor visión de la batalla.
https://www.youtube.com/watch?v=Txluimxu-Ss

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