Ya sabéis que estamos estudiando el reinado de Felipe II, pero también tenemos en cuenta a sus colaboradores. Uno de ellos fue su secretario Antonio Pérez, un personaje enigmático donde los haya y que a todos nos llamó la atención cuando hablamos de él en clase.
Pero ¿quién fue este personaje de la Corte?
Nació en Madrid en 1540 era hijo ilegítimo de Gonzalo Pérez clérigo y secretario de Carlos I y del propio Felipe II en sus primeros años de reinado. Protegido por el Príncipe de Éboli, se educó en importantes universidades como Alcalá de Henares, Lovaina, Salamanca y Padua. Tras la muerte de su padre en el año 1556 pasó a ocuparse de la Secretaría Real de forma interina o provisional, para recibir confirmación oficial de su cargo en 1567.
Pero en la Corte siempre estuvo en las luchas internas políticas a favor de los seguidores de Éboli en contra del Duque de Alba y por supuesto contra don Juan de Austria. De hecho algunos historiadores afirman que formó parte del asesinato de Juan de Escobedo secretario personal de don Juan de Austria. Se comentó que hasta el rey Felipe II apoyó aquel asesinato. Pero este crimen fue utilizado por el Rey para acusarlo de traición y espionaje a favor del Papa.
En 1579 Antonio Pérez fue detenido junto a su amante la princesa de Éboli acusado de corrupción y diez años después de asesinato, siendo sometido a las torturas y tormentos propios de la época como ya comentamos en clase con la Inquisición.
Pero tras permanecer en prisión once años, logró huir disfrazado de Madrid y marchar a Aragón para ser protegidos por los Fueros aragoneses. Alegó en su defensa ser hijo natural de un señor de aquel reino. De esta forma su causa quedaba ligada a las defensas de las libertades en contra de la Corona de Felipe II. Éste muy enfadado mandó a la Inquisición que fuese acusado de herejía. Hemos de recordar que era la Santa Inquisición el único organismo con jurisdicción en toda España; pero la Inquisición fracasó en su intento de hacerse con el reo, ante las alteraciones de las masas populares aragonesas.
La situación se tornó más violenta y Felipe II envió a su ejército a Zaragoza para imponer su autoridad, pero tampoco consiguió prender a Pérez, puesto que éste con ayuda de Juan Lanuza había logrado huir a Francia.
Las autoridades Forales Aragonesas se levantaron en armas contra el monarca Felipe II, al entender que había violado sus fueros, mientras tanto Antonio Pérez era aclamado en la corte francesa.
Felipe II logró que la Inquisición condenase a Pérez aunque estuviese ausente y confiscó sus bienes y también quemó una estatua suya.
Durante años asesoró a Enrique IV de Francia y a la reina Isabel I de Inglaterra en sus campñas militares contra España. Se dedicó a publicar muchos artículos contra Felipe II suministrando material para la Leyenda Negra contra la Monarquía Española.
Murió en el exilio sin haber logrado nunca ser perdonado por el rey español.
Antonio Pérez (1540-1611)
Princesa de Éboli (1540-1592)
Pero ¿quién fue este personaje de la Corte?
Nació en Madrid en 1540 era hijo ilegítimo de Gonzalo Pérez clérigo y secretario de Carlos I y del propio Felipe II en sus primeros años de reinado. Protegido por el Príncipe de Éboli, se educó en importantes universidades como Alcalá de Henares, Lovaina, Salamanca y Padua. Tras la muerte de su padre en el año 1556 pasó a ocuparse de la Secretaría Real de forma interina o provisional, para recibir confirmación oficial de su cargo en 1567.
Pero en la Corte siempre estuvo en las luchas internas políticas a favor de los seguidores de Éboli en contra del Duque de Alba y por supuesto contra don Juan de Austria. De hecho algunos historiadores afirman que formó parte del asesinato de Juan de Escobedo secretario personal de don Juan de Austria. Se comentó que hasta el rey Felipe II apoyó aquel asesinato. Pero este crimen fue utilizado por el Rey para acusarlo de traición y espionaje a favor del Papa.
En 1579 Antonio Pérez fue detenido junto a su amante la princesa de Éboli acusado de corrupción y diez años después de asesinato, siendo sometido a las torturas y tormentos propios de la época como ya comentamos en clase con la Inquisición.
Pero tras permanecer en prisión once años, logró huir disfrazado de Madrid y marchar a Aragón para ser protegidos por los Fueros aragoneses. Alegó en su defensa ser hijo natural de un señor de aquel reino. De esta forma su causa quedaba ligada a las defensas de las libertades en contra de la Corona de Felipe II. Éste muy enfadado mandó a la Inquisición que fuese acusado de herejía. Hemos de recordar que era la Santa Inquisición el único organismo con jurisdicción en toda España; pero la Inquisición fracasó en su intento de hacerse con el reo, ante las alteraciones de las masas populares aragonesas.
La situación se tornó más violenta y Felipe II envió a su ejército a Zaragoza para imponer su autoridad, pero tampoco consiguió prender a Pérez, puesto que éste con ayuda de Juan Lanuza había logrado huir a Francia.
Las autoridades Forales Aragonesas se levantaron en armas contra el monarca Felipe II, al entender que había violado sus fueros, mientras tanto Antonio Pérez era aclamado en la corte francesa.
Felipe II logró que la Inquisición condenase a Pérez aunque estuviese ausente y confiscó sus bienes y también quemó una estatua suya.
Durante años asesoró a Enrique IV de Francia y a la reina Isabel I de Inglaterra en sus campñas militares contra España. Se dedicó a publicar muchos artículos contra Felipe II suministrando material para la Leyenda Negra contra la Monarquía Española.
Murió en el exilio sin haber logrado nunca ser perdonado por el rey español.
Antonio Pérez (1540-1611)
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