martes, 22 de febrero de 2011

Batalla del Salado (1340)

La batalla del Salado (librada el lunes 30 de octubre de 1340, en la actual provincia de Cádiz) fue una de las batallas más importantes del último periodo de la Reconquista. En ella, las fuerzas combinadas de Castilla y Portugal derrotaron decisivamente a los benimerines, última nación norteafricana que trataría de invadir la península Ibérica.
El domingo día 30 de octubre "muy temprano" el rey oyó la misa que celebró el arzobispo. Sorpresivamente, cuando Gil de Albornoz alzó el cuerpo de Cristo, el rey lo interrumpió y "prometió públicamente, con copiosas lágrimas y pronunciando palabras muy devotas, apartarse del pecado y enmendar su vida", dicho lo cual "llorando humilde y devotamente, recibió a Jesucristo". "En seguida fueron bendecidas las armas" del rey que, según la Crónica, estaban encima del altar. Después de la misa, todos se prepararon para el combate.


El ansia de comenzar la batalla impidió a Alfonso XI conciliar el sueño el día antes del enfrentamiento: "En la su tienda yazía / non codiciando tesoros, / mas deseando el día / que se viese con los moros. / En la su cama yaciendo / con saña del coraçón / yazíase rebolviendo / commo un bravo león / e a Dios Padre pedía / que la mañana llegase; / e Dios le enbió el día / e non quiso que tardase". Al amanecer dijo su oración: "Contra Ti so muy errado / desde el tiempo en que nasçí, / bien conosco mi pecado / e el mas que merecí. […] a Ti, Padre, Señor bueno, / pido merçet e perdón / por mí e por mi conpaña / que nos non dexes perder e la corona de España / póngola en tu poder" .


En cuanto a la hora del comienzo y fin de la batalla tenemos que ser más imprecisos. Aunque los cristianos se prepararon desde muy temprano y poco después llegaron a los vados del Salado, debieron detener el comienzo de la contienda, pues al rey le "consejaron que se detoviesse vn poco por el sol que salia entonçes e les daua de rrostro, de guisa que les fazia perder mucho de la vista de los ojos" (Crónica). La verdad de esta afirmación se puede comprobar in situ y llega a ser de tal intensidad que se pierde la visión casi por completo. A las 9 hora local el Sol está aproximadamente hacia el SE, o sea, hacia donde se encontraba la vanguardia musulmana, y a una molesta altura de unos treinta grados sobre el horizonte. A las 10 horas, ya el Sol se encontraba en el SSE y las molestias eran mínimas. Por tanto, hay que suponer que fue en torno a esa hora cuando comenzó la batalla, unas cuatro horas después de haber amanecido .




Sobre la hora final de la batalla Gil de Albornoz dice: "Se combatió hasta la hora tercia; cuando el Señor de los Ejércitos dejó caer el rocío de su bendición, cedió la resistencia de nuestros adversarios, que doblaron la espalda". Es decir, la conclusión de la batalla estuvo en torno a mediodía, lo que da una duración de aproximadamente tres horas. Hay que entender que este fue el tiempo del enfrentamiento en regla, hasta que el ejército musulmán se desorganizó. Posteriormente vino su persecución o "alcance" que debió durar hasta concluir el día.



Sin entrar en los pormenores de la batalla, decir que parte de la delantera cristiana logró superar la primera línea de defensa musulmana y se dirigió directamente al campamento benimerín saqueándolo. Debieron de seguir muy aproximadamente el camino de la actual carretera nacional 340 y por el desvío que evita su entrada en el casco urbano de Tarifa o bien por una corta cañada que hay cerca. También los acuartelados en Tarifa atacaron el campamento musulmán, probablemente ascendiendo por el arroyo del Retiro y siguiendo la cañada de Alfaneque.




Con motivo de su agradecimiento a la Virgen en esta batalla del Salado, el Rey Alfonso XI  mandó construir el Monasterio de Guadalupe( Cáceres).

1 comentario:

  1. Hola soy BMG de 2º de ESO:
    esto nos servirá para el ejercicio que nos ha mandado.
    Un saludo

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